“En el hospital solo se consigue paracetamol, algodón, todo lo que es sencillo. Lo que cuesta dos pesos y todo lo carísimo es (comprado por el paciente) afuera”, reclamó la madrugada de este martes una mujer, que se encontraba aguardando en puertas de una de las filiales de la Caja Petrolera, ubicada en la zona del tercer anillo interno de la capital cruceña.
Cada madrugada el panorama es el mismo en las calles de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, largas filas de personas en puertas de los hospitales del sistema público de salud y en la cajas de seguro social a corto plazo, como la Caja Nacional de Salud (CNS) y la Caja Petrolera de Salud (CPS).
Las personas suelen pasar la noche o llegar de madrugada a los establecimientos privados en busca de una ficha, que les asegure un espacio para recibir atención médica.
Si el paciente necesita ser atendido por algún especialista, el panorama se complica. Ya no hay muchos doctores especializados ni atienden todos los días, aseguran los pacientes que también se enfrenta a la posibilidad de encontrarse con algún paro de actividades en el sector salud, que los deja sin la atención necesaria.
Cuando el paciente accede a ser atendido por un médico, inicia otra peregrinación, conseguir medicamentos y, en algunos casos, también deben buscar dónde realizarse algún análisis.
La paciente añade que cada albúmina cuesta 450 bolivianos. “Me piden cuatro por día ¿De dónde voy a sacar tanta plata? Ahora los análisis, nos dan todos los análisis para hacer afuera. Yo en puro análisis he gastado más de 7 mil bolivianos para hacerle curar a mi hijo”, agrega.
Otra mujer comentó que cuando las personas no tienen recursos para adquirir los medicamentos y análisis, tiene que “aguantarse”.
Los pacientes denunciaron que en los hospitales se limitan a recetar medicamentos contra el dolor y la fiebre , como el paracetamol , y algún analgésico, como ibuprofeno.
“En San Juan de Dios (de CPS), solo saben dar el paracetamol, ibuprofeno y lo demás tengo que comprar afuera y diariamente se gasta mil bolivianos a dos mil bolivianos, las recetas son carísimas”, señala otra mujer.