
La directora ejecutiva de la Fundación Noel Kempff Mercado, Lorena Kempff, alertó que Jardín Botánico Municipal de Santa Cruz de la Sierra, espacio es vital para la conservación de la biodiversidad, la mitigación del cambio climático y la memoria ambiental de la ciudad, está en peligro por ocupaciones ilegales.
El irregular negocio de tierras que afecta al municipio de Santa Cruz de a Sierra afecta severamente un patrimonio natural estratégico que cumple funciones clave en la conservación ambiental urbana. Con más de 200 hectáreas de bosque, este espacio actúa como un sumidero de gases de efecto invernadero, produce oxígeno, alberga especies únicas de flora y fauna, y representa uno de los últimos relictos de bosque alto en la región metropolitana cruceña.
“Estamos hablando de un ecosistema vivo que regula el clima local, protege fuentes de agua y permite la regeneración de especies. No hay otro igual en la ciudad”, señala Lorena Kempff.
El actual Jardín Botánico fue concebido como un reemplazo del anterior espacio natural que fue arrasado por el río Piraí en 1983, y que su creación se gestó gracias a la presión social y el compromiso de instituciones como la Fundación Noel Kempff Mercado, que en 2007 presentó la propuesta para convertir el área en un espacio protegido.
El predio original era de apenas 9.000 m², cedido por la Compañía Algodonera Guapilo donó 147 hectáreas. Posteriormente, el área creció hasta alcanzar las 214 hectáreas. “Fue un logro de la sociedad civil, una victoria ciudadana. No podemos permitirnos retroceder”, recalca Kempff
“Lo más grave es la inercia de las autoridades. No se comprende el valor de este patrimonio natural. Hay desconocimiento, pero también una preocupante indiferencia”, advierte la directora.
La falta de control y fiscalización municipal, así como la permisividad ante invasiones, pone en tela de juicio el compromiso institucional con la conservación ambiental
UN BASTIÓN PARA LA BIODIVERSIDAD URBANA
El Jardín Botánico no es solo una reserva forestal. Es un refugio para especies en peligro, un aula abierta para la educación ambiental y una herramienta activa de adaptación al cambio climático. Su rol es insustituible para garantizar la calidad de vida en una ciudad cada vez más urbanizada y afectada por el calentamiento global.
“La biodiversidad que alberga este lugar no se puede recuperar una vez destruida. Perderlo sería como arrancar el corazón ecológico de Santa Cruz”, afirma Kempff con preocupación
“Este es el momento de actuar. No podemos dejar que intereses cortoplacistas destruyan lo que ha tomado décadas construir. El Jardín Botánico es un legado para las futuras generaciones. Defenderlo es defender la vida”, concluye Lorena Kempff