
Cada año, en el viernes previo al equinoccio de marzo (de otoño para hemisferio Sur, de primavera para el Norte), la Word Sleep Society celebra el Día Mundial del Sueño. Es una jornada conmemorativa que busca concientizar sobre la importancia del sueño de calidad en la fisiología humana, en la salud física y en la salud mental. Las asociaciones de los distintos países adheridas a la sociedad mundial, bajan y adaptan a sus respectivas jurisdicciones el lema de cada año. En Argentina la Asociación Argentina de Medicina del Sueño toma la posta y desarrolla tareas de difusión y prevención. Este año el lema es “acceso a un sueño saludable para todos”.
El sueño representa un tercio de nuestras vidas. Para una expectativa de vida de 76 años, habremos pasado durmiendo 25 años. El sueño no es todo un único estado, sino que tiene dos estados diferentes, que con la vigilia configuran los 3 estados de la conciencia: el sueño lento (no-REM) el sueño rápido (REM) y la vigilia. Esos tres estados tienen registros electroencefalogáficos diferentes. Son como tres programas que corren de manera secuencial en la misma computadora, o sea nuestro cerebro.
La función específica del sueño tiene aspectos que todavía no se conocen, pero hay aspectos que tienen que ver con la reparación que son bien conocidos. Un sueño adecuado, en calidad y cantidad, es de máxima importancia para una vida plena tanto física como mental.
Antes del invento de la luz eléctrica se dormía con la llegada de la noche y hasta la salida del sol. A partir de entonces se observó una reducción de horas de sueño como promedio, que fue empeorando durante el siglo XX y que nos alcanza todavía. Se considera que desde 1960 hasta ahora, la humanidad ha perdido 2 hs de sueño por día. Recién en los últimos años hay más conciencia sobre la importancia del sueño en la salud, pero todavía dormimos de promedio menos de lo ideal, es decir que arrastramos algún grado de deprivación de sueño en nuestra vida cotidiana. Desde el punto de vista médico se habla de una epidemia de trastornos del sueño que configuran un importante problema de salud pública. Existe evidencia clara de que revertir esa situación mejora nuestra salud y calidad de vida. En esta nota van algunos puntos concretos para tener en cuenta y aplicar para mejorar nuestra calidad de sueño.
