Milicias, Fuerzas Armadas y cuerpos policiales, despliegan un dispositivo para reprimir cualquier manifestación en la capital.
Tras el inicio de la concentración en la región central de Venezuela, militares del régimen de Maduro arremetieron con gases lacrimógenos contra familias que se disponían a protestas convocadas por la opositora María Corina Machado.
Caracas amaneció bajo un estricto control militar, con más de 1.400 funcionarios de los cuerpos de seguridad del régimen de Nicolás Maduro desplegados por la ciudad. El objetivo es contener la movilización opositora convocada por la líder María Corina Machado, quien prometió que la jornada de protesta de este 9 de enero será histórica.
Desde el pasado fin de semana, la capital venezolana permanece sitiada, con patrullajes nocturnos y un amplio dispositivo de seguridad en zonas clave, como la plaza Altamira y la calle Élice, en el municipio de Chacao, tradicionales puntos de concentración de las manifestaciones opositoras. A esto se suma la instalación de tarimas por parte de militantes del oficialismo durante la madrugada, en un intento de ocupar los espacios destinados a la protesta.
Maduro ha activado los llamados “órganos de dirección integral” (ODIS), una estructura que integra a las Fuerzas Armadas, la Milicia Nacional Bolivariana, cuerpos policiales y grupos comunitarios, bajo el pretexto de defender la paz. Sin embargo, en la práctica, este plan busca ejercer un control territorial absoluto sobre la ciudad, sofocando cualquier expresión de disidencia antes del próximo 10 de enero, fecha en la que Edmundo González Urrutia, el presidente electo, debería asumir el poder tras haber ganado con más del 60% de los votos, según datos del Consejo Nacional Electoral (CNE).